Tras varios análisis pormenorizados en tantos aspectos como nos ha sido posible, empieza a aparecer otra ciudad. Una ciudad desde el satélite pero también a pie de calle, pudiendo por fin verla como se pisa. Los citados análisis nos han ido empujando inexorablemente hacía el mismo sitio a quienes componemos el grupo, pero andar por aquí no es tan fácil como ser pronador o supinador, la forma de andar de cada uno es tan propia que solo quién pisa se reconoce en la pisada, siendo así y con tanto por andar, las estrategias, incluso a esta escala empiezan a diferenciarnos, mostrándonos a cada cual tal cual somos sin más ropaje que nuestros pensamientos.
La intención al trabajar con esta escala ha sido la búsqueda de oportunidades en otros lugares adyacentes al estudiado y, de ser posible, conectarlos de alguna forma, aumentando la permeabilidad urbana del barrio.
Comenzando por el final, como no podía ser de otra forma, encontramos Punta de Maliaño, un lugar con unas características a priori similares a las del barrio a vista de pájaro, pero, como si del planeta de los simios se tratase, al aterrizar encontramos un sitio idéntico completamente irreconocible. Se tarta de un zona industrial con embarcadero, pero que apenas se usa como almacén a cielo abierto.
En segundo o penúltimo lugar, como el lector guste, sobresale un humedal junto al aeropuerto, vestigio de lo que algún día fue, pero que ahora no es más que un residuo inconexo de un habitat pasado que posiblemente estuviese unido al humedad que se encuentra junto al centro comercial que lo ha destrozado.
La zona que queda al oeste de la ciudad se encuentra deteriorada en general, con urbanizaciones tipo sprawl que consumen y destruyen una enorme cantidad de superficie, zonas industriales, el aeropuerto, zonas de alta calidad natural totalmente desmembradas, etc.
Por lo que respecta a la zona portuaria situada al sur del barrio pesquero, se estudiará la posibilidad de la utilización del puente con fines no industriales, así como el cambio de uso de naves como la lonja.
El kit de la cuestión está, y ha estado siempre, en el aislamiento del barrio producido por el cuello de botella y las vías del tren. O al menos eso hemos creído. Con el estudio más avanzados y entrando de lleno en las estrategias hemos descubierto que las vías del tren no son la única cicatriz que da la espalda al barrio. Las vías se encuentran proyectadas donde acaba la ciudad, al pié de una abrupta colina elíptica que recorre media ciudad de este a oeste, de la estación de trenes a la plaza de toros. Ahí está el comienzo del fenómeno de isla urbana y tal vez empezar por ahí sea la mejor forma de atacar al problema.
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